miércoles, 6 de julio de 2011

Maratón de Lectura 2011 (12)


MIGUEL DE UNAMUNO:
APUNTES PARA UN TRATADO DE COCOTOLOGÍA
(fragmentos)
PROLEGÓMENO
En esta parte ha de tratarse de todo lo divino y lo humano, de lo conocido, de lo desconocido y de lo inconocible, arrancando siempre, a poder ser, de la nebulosa o del homogéneo primitivo si fuere preciso. Es de grandísimo interés ante todo y sobre todo establecer el concepto de la ciencia, pues sin haber establecido tal concepto es absolutamente imposible dar un solo paso en firme en ciencia alguna.
Lo del concepto de la ciencia nos llevará a tratar del problema del conocimiento, y con todo esto se puede llenar muy bien un tomo de regulares dimensiones.
HISTORIA DE LA COCOTOLOGÍA
Empezaré diciendo que la historia de la cocotología, como la de todo lo existente posible y concebible, se pierde en la noche de los tiempos, y acudiré al Larousse a ver qué dice de ella. Y como es de suponer que no diga nada, consideraré a las pajaritas de papel como un juego infantil y haré la historia de los juegos infantiles y de todos los juegos en general. Con esto bien puede llenarse otro tomo.
RAZÓN DE MÉTODO
Aquí expondré el porqué trato primero de lo primero y segundo de los segundo y por qué lo tercero ha de ir antes de lo cuarto y después de éste lo quinto. Ésta es una parte muy importante y que requiere mucho pulso.
Sabido es, en efecto, que el método lo es todo y que la ciencia se reduce al método, es decir, al camino, pues método significa en griego camino. Y teniendo en cuanta que hay dos clases de caminos, vías o métodos, unos parados, por los que el caminante discurre y anda, como son los caminos terrestres, y otros “caminos que andan”, que llevan al caminante, como son las vías fluviales o ríos, dividiré a los métodos y por consiguiente a las ciencias que los encarnen, en dos grandes grupos: métodos parados o terrestres, métodos en movimiento o fluviales. De aquí las ciencias terrestres y las ciencias fluviales.
Y si me dijeren que esto es jugar con la metáfora, replicaré que todo es metáfora y así saldré del paso. Forzaré, además, la metáfora hablando de caminos o métodos férreos, como los de las matemáticas, aéreos, funiculares, vecinales, senderos, veredas, atajos, etc., y terminaré de una manera magnífica y altamente sugestiva hablando del mar, que todo él es camino, comparándolo con la poesía. Porque es preciso hacer entrar la poesía entre la ciencias. Aquí encajará lo de los “húmedos senderos” de Homero, y con tal ocasión hablaré de Homero y del helenismo.
ETIMOLOGÍA
La palabra cocotología se compone de dos, de la francesa cocotte, pajarita de papel, y de la griega logía, de logos, tratado. La palabra francesa cocotte es una palabra infantil y que se aplica en sentido primitivo recto a los pollos y por extensión a todas las aves. En un sentido traslaticio, a las pajaritas de papel y a las mozas de vida alegre. Aquí habré de extenderme en una comparación entre estas mozas y las pajaritas, frágiles como ellas.
La primera cuestión que surge respecto al nombre de nuestra nueva ciencia es que es el tal un nombre híbrido, como el de sociología, compuesto de una palabra latina y otra griega, y son muchas las personas graves que han visto en eso del hibrismo de su título un fuerte argumento en contra de la nueva sociología.
Acaso fuera mejor nombrar a nuestra ciencia papyrornithiología, de las palabras griegas papyros, papel; ornithion, pajarita, y logía, pero le encuentro a este nombre graves inconvenientes que me reservo mostrar cuando publique el tratado.
Y no dudemos de la importancia del nombre, importancia tal que precisamente lo más grave de una idea u objeto es el nombre que hayamos de darle. Rechacemos aquel absurdo aforismo de el nombre no hace a la cosa. Sí, el nombre hace la cosa y hasta la crea.
¿No nos dice acaso el versillo 3 del capítulo I del Génesis, que “Dijo Dios: sea la luz, y la luz fue” creándola así con su palabra, y no fue primero la palabra, según el versillo primero del capítulo I del Evangelio según Juan, que nos dice que “en el principio fue la palabra”?
¿Qué es, en efecto, conocer una cosa sino nombrarla? Conocer una cosa es clasificarla, nos dicen los filósofos, es distinguirla de las demás, y cuanto mejor la distingues es que la conoces mejor. El hombre ignorante sólo sabe el nombre propio de las cosas, su nombre de pila que diríamos hoy; las llama Cayo o Tito, Pedro o Juan; el menos ignorante sabe su primer apellido; cuando se instruye más conoce ya el segundo apellido, y así sucesivamente. Cuanto más nos adentramos en la ciencia de las cosas, más apellidos les damos a éstas conocemos mejor su genealogía, las colocamos mejor en el lugar que en su familia les corresponde. ¿La llamada historia natural se reduce para los más a otra cosa que una nomenclatura?
Con todas estas y otras consideraciones acerca del nombre, consideraciones que sacaré en mi cuadernillo rotulado Onomástica, justificaré la importancia capital que tiene el nombre que doy a la nueva ciencia, y cómo al nombrarla la creo. Porque el nombre y la etimología deben preceder a la definición misma.
DEFINICIÓN
Aquí, después de exponer lo que es la definición y cuántas maneras de definición pueden darse, y de dar la etimología de la palabra definición, pasaré a estampar cuántas definiciones pueden darse de la cocotología, empezando por la más sencilla de que es la ciencia que trata de las pajaritas de papel.
IMPORTANCIA DE NUESTRA CIENCIA
Es importantísimo el dejar bien asentada a priori la importancia de la ciencia de que se va a discurrir, no sea que los lectores torpes no la conozcan. Es esto tan importante como lo que hacen ciertos predicadores dialécticos, que después de dasarrolar un argumento añaden: “Queda, pues, evidentemente demostrada… tal o cual cosa”, no sea que el oyente nolo haya conocido.
La importancia de la cocotología es que, como veremos más adelante, puede llegar a ser ciencia perfecta.
LUGAR QUE OCUPA ENTRE LAS CIENCIAS Y SUS RELACIONES CON ÉSTAS
He aquí dos puntos capitalísimos y que se prestan a no poca discusión. En realidad, el segundo depende del primero, pues para colocar a nuestra ciencia en el lugar preeminente que le corresponde, tenemos que determinar antes sus relaciones con las demás ciencias.
Relaciónase con las físico-químicas porque el papel, sea fino, sea de estraza, con que las pajaritas se hacen, está sujeto a las leyes todas física y químicas: pesa, refleja un color, da un sonido si se le hiere, se dilata por el calor, arde al fuego, es sensible a ciertos ácidos, etc., etc. Se relaciona con las ciencias naturales porque dicho papel se extrae de materias vegetales, y sin conocer éstas mal se puede conocer bien tal papel. Relaciónase con la psicología, porque las pajaritas de papel ayudan al desarrollo de la psique infantil, y con las ciencias sociales por su valor como juego de los niños. Pero ante todo y sobre todo se relaciona, como veremos, con las ciencias matemáticas, porque la pajarita de papel adopta formas geométricas definidas y puede someterse a fórmula analítica.
DIVISIÓN
Aquí trataré de la división de la cocotología, pues no cabe tratar ciencia alguna sin dividirla antes por I, II, III, A, B, C, 1, 2, 3, a, b, c, etc. La ciencia no puede ser fluyente y continua como una vena de agua, es menester que sea quieta y discontinua como un rosario.
 Pajarita con sidecar
 Pajaritas bicéfalas




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